Viviendo Desde el Sentido Estético.
Una pequeña reflexión poética.
Hay un silencio detrás de la belleza,
un respiro que no le pertenece al ojo
pero al alma que ve a través de él.
El sentido estético nace
cuando la percepción se vuelve comunión,
cuando el color habla,
cuando la forma se convierte en sentimiento,
cuando el mundo deja de ser una imagen
para ser presencia.
No es de buen gusto,
sino de sensibilidades –
del oir sutilmente lo que trasciende las cosas.
La curvatura de una rama,
las imperfecciones de un rostro,
los ritmos de palabras no dichas –
de todo esto que susurra la misma verdad:
toda la existencia desea ser vista,
ser conocida a través del corazón.
Vivir estéticamente
es caminar como si cada sonido,
cada sombra,
cada rayo de luz
estuviera escrito a mano por lo infinito.
Y cuando este sentido despierta,
la belleza cesa de ser un objeto.
Se transforma en simple forma de ser.
